Hoy día nuestro tiempo en la cocina no es como el de antaño.

No hace mucho, nuestras cocinas tenían verdadera vida todos los días del año.

Había personas que realmente pensaban en hacer, en crear cosas ricas para que pudiéramos disfrutar cada vez que nos sentábamos a la mesa.

El sentarse a la mesa era unos de los ratos más agradables del día y más aún si podíamos tomar el aperitivo y si después teníamos una buena sobremesa.

Cierto que ya eso, hacerlo a diario, con el ajetreo que nos traemos, es algo imposible pero seguimos ansiosos por encontrar momentos así en cuanto tenemos un ratito libre.

Buenos momentos que recordar, con buena compañía, con buena conversación, y por supuesto, con una buena mesa que traiga esos olores y sabores añorados.

Con cosas ricas como el pavo o el faisán que tengan una receta verdaderamente cuidada y con generaciones de experiencia acumulada.

Ese hueco es el que quiere llenar la Alacena del Ángel.

Doña Emilia Andeyro nos ha enseñado a darle un formato moderno a esos manjares para que puedas tomarlos cuando quieras. 

Nada más abrirlos, saldrá su aroma y recordarás aquellos tiempos. Ya lo estás disfrutando y sabes que es un momento especial.

Nuestra cocina pretende ser un homenaje a todas esas personas de antaño, que ligaron los sabores y los aromas de nuestro país con tanto arte, que seguimos teniéndolos en nuestra memoria. 

Maridajes perfectos que deseamos seguir disfrutando. 

La Alacena del Ángel hace su aportación pero sigue quedando por hacer lo más importante, rodear el momento con el encanto de antaño, la familia, los amigos, el buen vino, la buena conversación… ésa es vuestra parte. 

Hacer que ese aroma y ese sabor sigan recordándonos a momentos entrañables, en nuestra generación y en las venideras.